Los abonos foliares son líquidos preparados con una base de melaza que se aplican al follaje de los cultivos. Aportan nutrimentos a las plantas además de aumentar la población de microorganismos en el suelo y en la planta misma.
Durante la elaboración de un abono foliar, se extraen sustancias de frutas o hierbas medicinales, como nutrimentos y repelentes, y se pasan a la melaza. La mezcla después pasa por un proceso de fermentación donde estas sustancias se cambian a formas que son más fáciles de absorber para las plantas.
Los abonos foliares pueden ser elaborados de frutas, de hierbas medicinales o de una mezcla de ambas. Las frutas deben ser de pulpa y se usan con todo y cáscara, como papaya o guayaba por ejemplo. Si quiere usar cítricos para hacer un abono, como por ejemplo limón o naranja, no se debe mezclar con ninguna otra fruta o hierba medicinal.
Generalmente las frutas van a aportar la mayor cantidad de nutrimentos y las hierbas, especialmente las que tienen olores fuertes y sabores desagradables, van a aportar la mayoría de las propiedades repelentes, insecticidas o fungicidas. Es mejor utilizar por lo menos 3 tipos diferentes de frutas o plantas medicinales para que el abono aporte una variedad de nutrimentos o repelentes a las plantas.
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